por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.
Alguien tiene que
romper este silencio a voces, este silencio que nos hemos impuesto
durante los últimos años, para no crear malestar, pero ha llegado el
momento de llamar a las cosas por su nombre, para no correr el riesgo de
auto-censura, de mordaza auto-impuesta, cuando más que nunca se hace
menester poner fin a un tema tabú. A un tema del que mucha gente tiene
opinión, pero no opina. Desde la Vidriera Irrespetuosa hemos visto
desfilar una vez más, a familiares de detenidos desaparecidos, portando
el dolor, la indignación y la impotencia, reflejada en pasacalles y
pancartas. Marcha que desde hace muchos años viene reclamando
VERDAD-JUSTICIA Y CASTIGO A LOS CULPABLES DE DELITOS DE LESA HUMANIDAD. Y
no hay sed de venganza ni espíritus de revancha, como más de una vez se
escuchó desde el gobierno, en boca del mismo Presidente. El mismo -
entre otros - que pidieron la cabeza de quien precisamente estaba
investigando esos crímenes y a esos criminales. Y estas marchas se
llevaron siempre en silencio, porque así lo decidieron los familiares. Y
también se llevaron a cabo sin consignas partidarias, porque los
luchadores sociales desaparecidos, los muertos en tortura, los
asesinados por la espalda, pertenecían a todos. ERAN MARTIRES DEL
PUEBLO.
Lamentablemente las marchas ya no son en silencio, las
marchas ya tienen consignas partidarias, aunque no se griten, aunque no
se vean escritas en pancarta o pasacalle alguno. Las últimas marchas
están hablando mucho, porque nuestro silencio permitió que quienes
colaboraron con la impunidad reinante en el país, poco a poco se fueron
mezclando con el dolor de la gente. Las marchas, más allá de esfuerzo de
quienes las organizan, están hablando a gritos en los medios de
información. Y no precisamente para hablarnos del terrorismo de estado,
ni de los delitos de lesa humanidad juzgables en cualquier parte del
mundo menos aquí, donde son considerados "delitos comunes". Los medios
nos muestran a Mujica y a la primera dama, marchando entre los
familiares que por otra parte somos todos, porque la causa es de todos
los uruguayos, que aún aspiren a vivir en una verdadera democracia y no
en un simulacro. Los medios se ocupan más de los políticos que "fueron
vistos en tal esquina", que de denunciar a los verdaderos culpables de
esta situación ignominiosa. La misma prensa que asedió a una Jueza
digna, por haber participado en una marcha que su conciencia le dictaba,
hoy trata de disimular de intenciones humanitarias, una visita que un
integrante de la Suprema de Justicia le hizo a su Amigo, en el preciso
instante que su casa estaba siendo allanada. Y no precisamente por
sospecha de contrabando de ropa brasilera o argentina, sino de un
arsenal con armas de guerra que serían envidia del propio ejército.
Llegó en ese preciso instante, ni un minuto antes ni después. Y lo hizo
violando la constitución. Nos hacen creer "que se trata de un
coleccionista de larga data y que además como atenuante está enfermo",
de la procedencia de las armas no sabemos nada. Los argumentos son tan
infantiles que nos llevan a creer, que un químico puede tener en su casa
100 kilos de heroina, sin despertar sospechas.
Esta es la prensa que
cubre la información. Seguramente que las marchas nada tienen que ver
con estas cosas, pero tampoco deja de ser cierto,que cierta gente sigue
usando las mismas con fines electoreros. Así hemos visto como Semproni
por citar a alguno, fue visto en un acto por los Fusilados de Soca. Se
podrá argumentar que las marchas o los actos recordatorios no tienen la
culpa, por lo que estos profesionales del engaño o los medios de prensa
puedan hacer de ellos, pero el silencio tampoco contribuye a evitarlo.
No
será la VIDRIERA IRRESPETUOSA quien decida como serán las marchas
futuras. ESO LO DECIDIRAN LOS FAMILIARES Y NADIE MAS, que quede bien
claro. Sin embargo no estaría demás recordar, que más temprano que tarde
tendremos que marcar y delimitar territorios: De un lado los que
siempre han luchado por VERDAD Y JUSTICIA. Del otro, los que le han
negado a los familiares, la posibilidad de castigar a los culpables y
que ahora persiguiendo fines que nada tienen que ver con estos
postulados, se van mezclando entre el dolor de la gente.QUE TENGAN BIEN
CLARO QUE EN ESTAS MARCHAS NADA TIENEN QUE HACER. Pero mientras no se
hable claro ellos seguirán participando y por tanto vaciándolas de
contenido, con el riesgo que mucha gente comience a quedarse en casa,
para no asistir a estos espectáculos.
Seguramente que estos puntos de
vista, no serán compartidos por quienes van a las marchas como van a
misa y además dejan algún peso para aliviar sus conciencias. Gente que
después desfilará también, en otras marchas - esas sí a gritos -
apoyando a quienes por otras causas menos dignas, están siendo indagados
por la Justicia. Esa gente existe y existirá siempre, tienen buen
olfato y saben por donde viene la cosa. Como lo sabían durante la
Dictadura y por ello la apoyaban. Pero no es a ellos a quienes nos
dirigimos. Es a otra gente que comparte estos puntos de vista, pero que
no tiene oportunidad o medios donde expresarce. Por ellos y porque el
silencio auto-impuesto sobre ciertos temas, nunca será saludable, porque
queremos que las marchas - en silencio o nó - sean cada vez más
grandes, porque aspiramos a que los profesionales de las urnas por
cuantas bancas y cuantos sillones, jamás se atrevan a participar del
dolor ajeno. Por ello y mucho más, nos vimos en la obligación de hablar
con claridad. Alguien tenía que hacerlo.....