por Hugo Bruschi en el Año contra la Impunidad.
El gobierno
uruguayo, no estaba seguro de la injerencia norteamericana en los
asuntos de Venezuela y así se lo hizo saber por boca de su
Vice-Presidente. Como era de esperar, esto provocó la irritación del
Presidente Nicolás Maduro, al ver como estas declaraciones ponían en
duda sus denuncias, en el preciso momento en que su país, es objeto de
agresiones planificadas en el exterior. Y para ello, mencionó
gobernantes que ceden a las presiones imperialistas, "cobardes" como se
lo había anunciado Hugo Chavez.
El gobierno uruguayo se sintió
"tocado" a pesar que Maduro no dió nombres. Sólo faltó que le enviaran
"los Padrinos", para lavar la ofensa en el campo del honor. Si tocan a
Raulito, nos tocan a todos pareciera ser la respuesta y tal vez con
mucha razón. Raulito sólo fue el portavoz de lo que Tabaré Vázquez no
podía decir. Y en tal sentido llamaron al Embajador de Venezuela, para
expresarle el "malestar" del gobierno uruguayo. Y en ese clima tenso,
era imposible llevar a cabo la reunión
de cancilleres prevista en
Montevideo. Debieron suspenderla por falta de quorum y la misma se
realizó en Quito, un lugar más tranquilo y aparentemente más soberano,
más comprometido con la libre determinación de los Pueblos, sin
injerencias externas.
Y en esa reunión presidida por Uruguay, se
emitió una declaración que confirmaba lo expresado por el Presidente
Maduro y su gobierno: la intervención de los EEUU en las cosas
venezolanas. Y es precisamente aquí, donde deberemos detenernos para
analizar estos hechos. Hicieron los paises allí reunidos, una lectura
distinta de las denuncias del Presidente Maduro? Cambió de opinión
Uruguay al llegar a Quito? Cómo se puede en cuestión de horas, cambiar
de parecer en cuestiones tan delicadas como la soberanía de un país? A
qué estamos jugando o mejor dicho que jugada salió mal?
En primer
lugar es evidente a todas luces, que intentaron crear un clima confuso
que beneficiara la acción del agresor. Le hicieron saber a los EEUU que
aún tiene Amigos en el Cono Sur y que los compromisos contraidos serán
respetados hasta en sus últimas letras. Pero al mismo tiempo, no podían
aislarse totalmente máximo cuando ejercen temporalmente la presidencia
de UNASUR. De ahí que tuvieron que concurrir con la cola entre las patas
y sumarse a lo que el resto decidiera. Que por supuesto no sería otra
cosa, que el apoyo irrestricto a Venezuela. Seguramente también tuvo
mucho que ver en este cambio de actitud, el apoyo mundial que Venezuela
viene recibiendo. Desde gobiernos, personalidades de todas partes del
mundo, incluso desde los mismos EEUU, manifestaciones populares, etc.
Desde
el principio, la actitud uruguaya fue provocar un desencuentro con el
gobierno venezolano, de eso no caben dudas. Las pruebas de injerencia
que le reclamaban a Venezuela, se las dió el propio Obama cuando dice
que ese país constituye una "amenaza" incluso para los norteamericanos.
Pero en lugar de exigirle pruebas a ese Sr. y su gobierno, en lugar de
exigirle por lo menos una explicación por el término "amenaza", le piden
cuentas a Venezuela. Toda una innovación en materia de derecho
internacional. Le piden explicaciones al agredido. Uno a veces se
pregunta, quien traza los lineamientos de la política exterior uruguaya y
no encuentra respuestas. Cosas peores veremos, sólo es cuestión de
tiempo. Pero si de algo estamos muy seguros, es que Venezuela ya sabe
que a esta gente no conviene dar la espalda.