jueves, 9 de octubre de 2014

Comando de Operaciones Persuasivas- Comunicado No 3



por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.

Cumplimos con el deber de informar a la ciudadanía, que como resultado de las tareas de inteligencia llevadas adelante, fueron ubicados algunos locales de apariencia familiar, que albergaban en su interior, elementos indecisos. Al mismo tiempo cabe informar que resulta difícil establecer un perfil que ayude a las pesquisas, dado que como acertadamente nos alertara el gran dirigente Juan Castillo, "el indeciso no tiene rostro". En consecuencia, las tareas de información deberán concentrarse en comportamientos, hábitos, rutinas, etc. Jamás olvidar que quien maneja la información, siempre estará un paso adelante y contará con mayores posibilidades de ganar la batalla. Como podrán apreciar, no estamos ante un enemigo fácil precisamente.


Además con el paso de los días y el avance de las pesquisas, también tuvimos conocimiento que el indeciso puede estar "enojado", no descartándose asimismo que estos últimos puedan constituir una escisión de aquellos y haber formado un nuevo grupo de posturas más exigentes. O sea que la suma de todos estos elementos, arroja como resultado un enemigo muy difícil de identificar y combatir. Tampoco deberemos perder de vista, que estos grupos cuentan muchas veces con el apoyo exterior y hasta de ámbitos insospechados de indecisión. En estos últimos días, ha trascendido en la prensa un análisis irresponsable de la Banca JP MORGAN, quien asegura que gane quien gane en las elecciones uruguayas, nada habrá de cambiar. Y estos pronósticos agoreros, no hacen sino alimentar la indecisión aún sin haber estado en sus propósitos y justo en momentos en donde más necesitamos de la fé ciudadana.

Por ello, queremos alertar a los grupos de tareas, brigadas domiciliarias, grupos de exploradores expertos en tareas de seguimiento y relevamiento, recabar toda la información posible anotando prolijamente lugares, horas, conversaciones de ser posible, cuantos y dónde se reunen, etc. En los lugares de trabajo, observar a todos aquellos que aún no se han pronunciado públicamente o declarado sus simpatías en las horas de pausa, también a quienes siempre están malhumorados sin una causa puntual. Quedando exceptuados de sospecha, aquellos malhumorados o enojados por motivos circunstaciales como bien pueden ser peleas de novios, disputas matrimoniales ( el llega tarde, ella gasta mucho), compañeros de trabajo que le pusieron el sueldo a un burro en las patas, pero que se mancó en la largada, el equipo que pierde un partido que estaba ganado, el grupo de experimentados tupamaros que decidió votar en blanco para marcar la cancha, pero que en caso de empate votará por Tabaré Vazquez, períodos menstruales que generan alguna alteración, etc.

Esta lista de enojos circunstanciales y estados de malhumor a corto plazo, no serán objeto de relevamiento, que quede bien claro para no perder el tiempo. En cambio deberemos concentrar nuestros esfuerzos, en ubicar a los potenciales saboteadores del proceso electoral y con argumentos sólidos incorporarlos a las filas de la esperanza. Si perdemos la batalla, que no sea por falta de compromiso militante. No olvidar asimismo, llegar hasta la puerta sospechosa de indecisión, con una sonrisa que marque la diferencia, que ponga de manifiesto nuestra alegría de vivir, nuestra fé en el porvenir,una invitación al "Pare de dudar", pero con la convicción del militante y con los pies sobre la Tierra. La felicidad aquí y ahora. Èsta será la mejor herramienta contra el escepticismo que convoca al malhumor y hasta puede llegar al enojo crónico. Sentimientos que subyacen muchas veces, en quienes se han aislado en sus puntos de vista ya superados por la realidad y alientan la vuelta a un pasado de desconfianza en los hombres públicos y hasta de las instituciones.

Es todo cuanto tenemos para informar en el día de hoy, por lo que sólo nos resta desearle buena suerte a nuestros brigadistas y grupos de tareas.