martes, 1 de marzo de 2016

Negocio a la vista


por Hugo Bruschi en el Año de la Resistencia

Como es sabido, para el capitalismo no hay impedimentos a la hora de las ganancias. Mucho menos morales. El capitalismo es un delito en sí mismo, pues se trata de un sistema basado en la explotación de unos hombres, por sobre el resto. De los que carentes de medios de producción, se ven obligados a vender sus brazos. Para el capitalismo todo huele a dinero y aún aquellas situaciones que generan rechazo en la gente, pueden ser un buena oportunidad a la hora de las ventas.
Así vemos como en Turquía han aumentado las ofertas de flotadores y salvavidas, para quienes desesperados se subirán a un mísero bote y se lanzarán al mar buscando tierras más seguras donde poder vivir, lejos de las bombas y las bandas mercenerias. Y los que tienen algún dinero para comprarlos, correrán con alguna ventaja frente a los que carecen de él y de este modo aumentan las posibilidades de salvarse. Del mismo modo, la pobreza de algunos paises han resultado una fuente de ganancias para la industria del entretenimiento. Se ha puesto de moda, que conocidos personajes de la pantalla grande y chica, viajen a esos paises y pasen algunas horas de filmación, entre la basura, las aguas servidas y los rostros de aquellos niños abandonados a su suerte. Y hasta derraman alguna lágrima, antes de subir al avión que los devolverá a sus respectivas sociedades, que mucho tienen que ver con la miseria que acaban de dejar atrás. Ninguno de esos artistas y rostros conocidos de la TV, tuvo una sola palabra de condena a sus respectivos gobiernos, cuando le cierran la puerta a esa gente desesperada que busca un lugar para vivir en Paz. Hipocresía pura y dura, ese es el capitalismo que vende las armas y luego condena a sus víctimas.
Imágenes de niños muriéndose de hambre, son una brillante oportunidad para los llamados "Fondos de Ayuda", cuya recaudación va quedando por el camino y jamás llega a destino y si lo hace, sólo será un insignificante porcentaje de lo recaudado. También las empresas venden sus productos, con la imagen de esos niños y con la promesa de un tanto por ciento.
La violencia es un negocio, la muerte lo es y la salud también. Todo puede ser objeto de ganancia. Un Sheriff de Salt Lake City, declaró que un buen americano debe tener por lo menos 2 armas en su casa. A partir de entonces las familias se armaron hasta los dientes y también lloran cuando un niño mata a su hermanito jugando a la guerra. Todo es un gran negocio y la muerte tampoco escapa al afán de ganancias, en un mundo donde el velorio -al decir de Galeano - ha pasado a ser más importante que el Muerto. La gente se gasta lo que no tiene para luego comentar: "Los asistentes se llevaron una buena impresión" y a esa altura ya nadie se acordaba del Muerto. Tampoco la salud escapa al apetito capitalista. Este derecho de los Pueblos, se ha convertido en un gran negocio y hasta los mismos Estados hablan en términos de pérdidas o ganancias. El día que a estos Pueblos les enseñen desde la misma escuela, cuales son sus derechos y cuales sus obligaciones, tal vez tomen conciencia que la Educación, el Trabajo, la Salud y la Vivienda son derechos inalienables y no objeto de negocios en manos de mercaderes.
Por todo ello tampoco nos extrañaría que en un país llamado Uruguay, hasta hace algunos años tranquilo -lo que no quiere decir ideal - en donde todavía la gente podía salir a disfrutar de una noche de verano o conversar en la vereda con algún vecino, se comiencen a vender chalecos anti-bala y pertrechos de guerra o de auto-defensa. Ya nadie puede vivir seguro y la prueba -aunque lo nieguen- la tenemos en un país enrejado por las dudas. Se ha convertido incluso una exigencia por parte de las aseguradoras. Rejas, alarmas, etc. para tener derecho al cobro en caso de robo o copamiento. Ya nadie puede vivir seguro y aún los que nada tendrían que temer, los que nada tienen que ver con "los ajustes de cuentas", están pagando con su vida. Pero todavía queda gente que cree.....que se pregunta si denunciando estas cosas le estaremos haciendo el juego a no se quien. O que detrás de esta violencia, está la mano del diario El País o El Observador. Estos diarios y algún otro, tienen tanto en su haber que no hay necesidad de agregar más nada. Del mismo modo que ya no cabe achacarle a la pasada dictadura, la responsabilidad de todos los males. Males que tienen más de 100 años. Ellos tienen la responsabilidad de la tarea sucia para perpetuar este estado de cosas.
La droga y la violecia van de la mano, sólo la cabeza enferma de un individuo necesitado de publicidad a cualquier precio, nos quiso hacer creer que los incendios se apagan con nafta. Por las dudas, lás pólizas de seguro cambiaron el precio. Observando el panorama, que le regalaría Ud. a su hijo que cumple los 18 a la nena que festejará sus 15? UN CHALECO ANTI-BALA NO SERÍA MALA IDEA..........
Y que nos dice el gobierno de todo esto, que medidas se están tomando para asegurarle al hombre de la calle, al trabajador, al jubilado o ama de casa que sale a hacer sus mandados, la seguridad imprescindible para moverse por la calle? Invadir los barrios llamados "marginales" en busca de delincuentes? Lamentablemente quienes pagan los platos rotos, son los que allí viven y no son delincuentes. Los llamados narcos-traficantes y sus sicarios, ya se las tomaron a otro barrio y cuando lleguen hasta allí, tampoco estarán. Estas son medidas para la platea, para decir "estamos combatiendo el delito" ESTO NO SE ARREGLA CON PLOMO, esto requiere de otra visión del problema, de otro punto de partida pues nadie nace ladrón, traficante o asesino. Otra visión en donde el trabajo, la integración a la Sociedad y el respeto por los valores, sean una alternativa al delito. Es mucho pedirle a un gobierno llamado Progresista?
Todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad y tendremos que tomar en nuestras manos esa responsabilidad que otros abandonaron, pues de ella dependerá el futuro de nuestros hijos y nietos. Del país que les dejaremos, del país que recibirán el día que se integren a la vida ciudadana. Un país con gente que ha lumpenizado la política, convirtiéndola en el hazmerreir u objeto de indiferencia. De este modo sólo, somos convocados a tomar partido entre actores de circo y bufones de cuarta. A reirnos de nuestra propia desgracia, cuando festejamos y aplaudimos a quienes ridiculizan la lucha de los gremios y la poca dignidad que va quedando, de los que apuntan hacia abajo ,atacando a quienes no han renunciado a su condición de hombres y mujeres dignas y sin dobleces, a quienes no pudieron ser tentados ni sobornados con las mieles del poder y los beneficios compradores de conciencias. Esos pocos imprescindibles que aún mantienen viva la esperanza de que esto tendrá que cambiar SÍ o SÍ.
Ud. tiene la palabra Amigo de La Vidriera y vaya tomando las precauciones del caso, pues horas amargas nos esperan.