miércoles, 3 de septiembre de 2014

Una elección paralela

LA VIDRIERA IRRESPETUOSA


por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad

Desde niños nos han enseñado, que la democracia se ejerce votando por los hombres que habrán de plasmar en resultados, la voluntad del Pueblo. Pero qué sucede cuando los ciudadanos - no los habitantes - de un país comprueban que sus aspiraciones no parecen tener receptividad por parte de aquellos hombres y Partidos? Qué hacer entonces, cómo creer en lo que nos enseñaron?
Miles y miles de ciudadanos - no habilitados para votar, que son cosas distintas - han manifestado su indignación frente al pago de la deuda externa. Deuda ignominiosa contraída incluso por un gobierno de facto, que crece día a día a ritmo de vértigo, cual si estuviéramos en manos de usureros o prestamistas a mano armada.Una deuda inmoral, que deberemos pagar con dineros que bien pudieran ser empleados en otras áreas, que reclaman urgente asistencia. Con hospitales cayéndose a pedazos, con locales de enseñanza que resultan un peligro para la vida de alumnos y maestros, con rancheríos de pobreza que son una bofetada, a la cara de una Sociedad que pretende dar el salto en calidad. Curiosamente esta demanda popular, esta aspiración del ciudadano que ve como sus hijos o nietos nacen endeudados, no figuran en ningún programa, por lo menos en el de los Partidos que se disputan el próximo gobierno con posibilidades de alcanzarlo.

El tema de los Derechos Humanos, y para ser más puntuales el de los Delitos de Lesa Humanidad que en el Uruguay han pasado a ser delitos comunes, como aquél que condena el robo de una gallina. El tema de la megaminería que pretende convertir el país en un gran queso, con contratos de explotación firmados a espalda del Pueblo y de consecuencias alarmantes para el medio ambiente. En mayor o menor medida, todos los Partidos parecen coincidir en esta entrega de nuestros recursos naturales, a precios de liquidación. El agua y la tierra contaminadas, no parece ser un tema de mayor relevancia, como para ser llevado a las urnas democráticas.
No resulta casual entonces que miles y miles de uruguayos, hayan decidido dar la espalda a esta farsa electoral, a este simulacro democrático que tiene de antemano relegado al Pueblo a su condición de espectador, sin más derecho que elegir a sus gerentes. Que por otra parte, siempre encontrarán la forma de ejercer su voluntad. Y estas aspiraciones y demandas ciudadanas, se expresarán votando EN BLANCO-ANULANDO EL VOTO O ABSTENIÉNDOSE. Estos miles y miles de uruguayos saben también de antemano, que cuentan con la prédica mentirosa de los profesionales, que intentarán presentarlos como "los ultras, los violentos, los radicales". Otra cosa no era de esperarse. Se imaginan Uds. al diario El País o a los canales televisivos llamando al No pago de la Deuda Externa? o advirtiendo a la población sobre la megaminería y sus consecuencias? Mucho menos pidiendo Juicio y Castigo para los crímenes de lesa humanidad, proscriptos en el Uruguay, pero vigentes en el resto del Mundo.

Por ello y mucho más, yo creo que deberíamos realizar una suerte de elección paralela, aunque más no sea simbólica. Poniendo en el sobre de votación cada uno de los puntos, que la indiferencia y el desprecio de los Partidos, quieren ignorar y que ignoremos. Hacerles saber que los programas de gobierno que nos presentan, son un poco más de lo mismo y que venimos votando desde que tengo otorgada la credencial. Y hacerles saber que mientras no contemplen los verdaderos temas, que comprometen nuestra existencia como nación soberana, en donde la Justicia sea Justicia y no un montaje, no esperen un sólo voto de los que vienen siendo estafados sistemáticamente por unos y por otros, en sus reclamos y en sus justas demandas. Por ello concurriremos a las urnas - ya que nos obligan - con nuestro propio "programa". NO AL PAGO DE LA DEUDA- JUICIO Y CASTIGO PARA LOS CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD-NO A LA MEGAMINERÍA NI A LOS CONTRATOS SECRETOS-NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA-NO A LA ESTIMAGTIZACIÓN DE LOS BARRIOS POBRES- SI A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN DONDE TODOS TENGAN LOS MISMOS DERECHOS DE HACERSE OIR-NO A LOS TRATADOS DE DEFENSA QUE COMPROMETEN NUESTRA SOBERANÍA. Y todos los demás temas que el elector decida agregar. A esto le llamo democracia, a lo otro una parodia. No seremos tan ingenuos claro está, de creer que escucharán nuestros reclamos. Pero por lo menos nos queda la tranquilidad de saber, que con nuestro voto no contribuiremos a esta gran estafa colectiva y además haber votado cual mandato de conciencia, por las medidas que el país reclama y no por el programa de quienes administran el interés de una minoría, que ejerce el verdadero poder desde hace casi 200 años. Y será un voto castigo ejemplar, para los profesionales del verso, pero también un voto de esperanza para todos aquellos que van tomando conciencia y saliendo del corral al que los tenían acostumbrados.