LA VIDRIERA IRRESPETUOSA
por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad
Desde niños
nos han enseñado, que la democracia se ejerce votando por los hombres
que habrán de plasmar en resultados, la voluntad del Pueblo. Pero qué
sucede cuando los ciudadanos - no los habitantes - de un país comprueban
que sus aspiraciones no parecen tener receptividad por parte de
aquellos hombres y Partidos? Qué hacer entonces, cómo creer en lo que
nos enseñaron?
Miles y miles de ciudadanos - no habilitados para
votar, que son cosas distintas - han manifestado su indignación frente
al pago de la deuda externa. Deuda ignominiosa contraída incluso por un
gobierno de facto, que crece día a día a ritmo de vértigo, cual si
estuviéramos en manos de usureros o prestamistas a mano armada.Una deuda
inmoral, que deberemos pagar con dineros que bien pudieran ser
empleados en otras áreas, que reclaman urgente asistencia. Con
hospitales cayéndose a pedazos, con locales de enseñanza que resultan un
peligro para la vida de alumnos y maestros, con rancheríos de pobreza
que son una bofetada, a la cara de una Sociedad que pretende dar el
salto en calidad. Curiosamente esta demanda popular, esta aspiración del
ciudadano que ve como sus hijos o nietos nacen endeudados, no figuran
en ningún programa, por lo menos en el de los Partidos que se disputan
el próximo gobierno con posibilidades de alcanzarlo.
El tema de los
Derechos Humanos, y para ser más puntuales el de los Delitos de Lesa
Humanidad que en el Uruguay han pasado a ser delitos comunes, como aquél
que condena el robo de una gallina. El tema de la megaminería que
pretende convertir el país en un gran queso, con contratos de
explotación firmados a espalda del Pueblo y de consecuencias alarmantes
para el medio ambiente. En mayor o menor medida, todos los Partidos
parecen coincidir en esta entrega de nuestros recursos naturales, a
precios de liquidación. El agua y la tierra contaminadas, no parece ser
un tema de mayor relevancia, como para ser llevado a las urnas
democráticas.
No resulta casual entonces que miles y miles de
uruguayos, hayan decidido dar la espalda a esta farsa electoral, a este
simulacro democrático que tiene de antemano relegado al Pueblo a su
condición de espectador, sin más derecho que elegir a sus gerentes. Que
por otra parte, siempre encontrarán la forma de ejercer su voluntad. Y
estas aspiraciones y demandas ciudadanas, se expresarán votando EN
BLANCO-ANULANDO EL VOTO O ABSTENIÉNDOSE. Estos miles y miles de
uruguayos saben también de antemano, que cuentan con la prédica
mentirosa de los profesionales, que intentarán presentarlos como "los
ultras, los violentos, los radicales". Otra cosa no era de esperarse. Se
imaginan Uds. al diario El País o a los canales televisivos llamando al
No pago de la Deuda Externa? o advirtiendo a la población sobre la
megaminería y sus consecuencias? Mucho menos pidiendo Juicio y Castigo
para los crímenes de lesa humanidad, proscriptos en el Uruguay, pero
vigentes en el resto del Mundo.
Por ello y mucho más, yo creo que
deberíamos realizar una suerte de elección paralela, aunque más no sea
simbólica. Poniendo en el sobre de votación cada uno de los puntos, que
la indiferencia y el desprecio de los Partidos, quieren ignorar y que
ignoremos. Hacerles saber que los programas de gobierno que nos
presentan, son un poco más de lo mismo y que venimos votando desde que
tengo otorgada la credencial. Y hacerles saber que mientras no
contemplen los verdaderos temas, que comprometen nuestra existencia como
nación soberana, en donde la Justicia sea Justicia y no un montaje, no
esperen un sólo voto de los que vienen siendo estafados sistemáticamente
por unos y por otros, en sus reclamos y en sus justas demandas. Por
ello concurriremos a las urnas - ya que nos obligan - con nuestro propio
"programa". NO AL PAGO DE LA DEUDA- JUICIO Y CASTIGO PARA LOS CRÍMENES
DE LESA HUMANIDAD-NO A LA MEGAMINERÍA NI A LOS CONTRATOS SECRETOS-NO A
LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA-NO A LA ESTIMAGTIZACIÓN DE LOS BARRIOS
POBRES- SI A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN DONDE TODOS TENGAN LOS MISMOS
DERECHOS DE HACERSE OIR-NO A LOS TRATADOS DE DEFENSA QUE COMPROMETEN
NUESTRA SOBERANÍA. Y todos los demás temas que el elector decida
agregar. A esto le llamo democracia, a lo otro una parodia. No seremos
tan ingenuos claro está, de creer que escucharán nuestros reclamos. Pero
por lo menos nos queda la tranquilidad de saber, que con nuestro voto
no contribuiremos a esta gran estafa colectiva y además haber votado
cual mandato de conciencia, por las medidas que el país reclama y no por
el programa de quienes administran el interés de una minoría, que
ejerce el verdadero poder desde hace casi 200 años. Y será un voto
castigo ejemplar, para los profesionales del verso, pero también un voto
de esperanza para todos aquellos que van tomando conciencia y saliendo
del corral al que los tenían acostumbrados.