jueves, 6 de noviembre de 2014

A rey muerto. rey puesto....


por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad

Basta echar una ojeada al "bendito de las urnas" - como decía un viejo en mi barrio que seguramente confundió con "veredicto"- para comprobar que aquél Partido que gobernó el Uruguay durante casi un siglo, está en vias de extinción. No por ser peor que Jorge Batlle o Sanguinetti, sino porque le tocó en suerte ser el relevo, Pedro Bordaberry le acaba de extender el certificado de defunción. Y ahora sólo les queda el triste papel, de sumarse al eterno rival en su afán de protagonismo, para no desaparecer del todo del escenario político con capacidad de incidir. Todo esto con el agravante que quienes discrepan con tal conducción partidaria, han decidido votar en blanco-anulado antes que apoyar a Lacalle Pou. Casi podríamos afirmar que el Partido Colorado fue y que su existencia se hace innecesaria. Tal vez su discurso primitivo e intimidatorio en boca de Bordaberry o Sanguinetti, haya ahuyentado a mucha gente. No han querido comprender que los tiempos han cambiado, y que se necesita incluso la cuota de humor. Tendrían que aprender de Mujica.

Pero lo cierto es que existe otra fuerza más moderna, más inteligente, de discurso sensiblero, que logró desplazarlo y conquistó aquellos espacios que fueron el sustento social de ese Partido durante tantos años. Y echando mano a los mismos recursos,haciendo uso de los mismos métodos antes criticados pero con otro discurso, logró el apoyo de sectores antes atendidos fundamentalmente por la Lista 15 del Batllismo. Como si la Administración Central careciera de funcionarios, le agregaron 50.000 empleos más y si incluimos el núcleo familiar, podemos estar hablando de por lo menos 100.000 votos al FA. Al igual que en el pasado con las tarjetas de "pobre", la leche subsidiada en los Expendios Municipales, los trámites jubilatorios o las tarjetas al Director de UTE para logra el teléfono,esta nueva fuerza progresista ha logrado atraer a los sectores más pauperizados de la población. Basta mirar la votación barrio a barrio, para entender este fenómeno. El FA es el Batllismo del siglo 21. Si tendremos que esperar 90 años para cambiar las cosas, nadie lo sabe.


Pero por el momento, y a pesar que más y más gente va tomando distancia de esta estafa a las esperanzas de cambio, esa fuerza es incipiente aún y no logra llegar a los sectores que viven el hoy, que tienen que comer si o sí y sin importar que ello implique extender la mano. Cuando a un Pueblo le otorgan como favor lo que le corresponde por derecho, todo es válido. Para dominar a un Pueblo, primero es menester quebrarlo. Esta es la realidad del país y contra ello no es fácil lucharla. Más, cuando el propio presidente se ha encargado - en una actitud de corte fascista - de enfrentar a esa gente, con los gremios en lucha. Con los únicos que con su ejemplo, podrían sentar un precedente y educar al resto en la necesidad de pelear, por conquistas que no llegarán del cielo. Y el resultado inmediato fue madres ignorantes atacando y golpeando maestras. Secundado por la primera dama quien afirma "que si no se detiene el gasto superfluo, no habrá aumento que alcance" dando la idea que hacen paro o huelga por placer y eso irrita a los padres que envían a sus hijos entre otras cosas, porque comen en las escuelas. Despertando rivalidades entre los que nada tienen y los maestros que trabajan 4 horas " y todavía piden aumento". O enfrentando al resto de la población con los municipales que no recogen la basura o con los empleados de la salud que hacen paros, dejando a "los enfermos sin cuidados". La política es igualar para abajo, para tener más clientela que llegarán a extender su mano. El propio Mujica ha dicho en estos días, que "hay gente que no acepta que gobernemos los pobres". De esto se desprende que cuantos más pobres mejor aún, gobierno asegurado.

Y tendremos gobierno para rato,porque a diferencia del Partido Colorado, cuentan con el apoyo del FMI, el BANCO MUNDIAL, EL IMPERIALISMO. Pero fundamentalmente, porque esta gente controla el Movimiento Obrero, condición imprescindible para atraer al inversor. Así planteadas las cosas, sólo será cuestión de impedir que se perpetúe la entrega disfrazada de Progreso. De nosotros dependerá si tendremos que esperar 90 años.