viernes, 20 de enero de 2017

Uruguayo, no te dejes engañar




por Hugo Bruschi en el Año de la Organización.

Cuando después de haber visto tanto, creimos saturada nuestra capacidad de asombro, un individuo que ejerce la profesión periodística reclama desde EL OBSERVADOR, "LEGALIZAR EL ÉSTAXIS YA". Aún en la más salvaje de mis fantasías, hubiera imaginado que desde las páginas de un diario, se reclamara más droga para nuestros jóvenes. En paises donde el Estado invierte millones en el combate al flagelo y en la reabilitación de sus víctimas, este individuo cuyo nombre es Gabriel Pereyra hubiera puesto en juego su legitimación de periodista. Y aquí no sirve la llamada "Libertad de expresión". Su grado de irresponsabilidad no tiene defensa alguna y menos aún, cuando emplea las páginas de un diario, para pedir legalizar un veneno que está prohibido desde hace muchos años en otros paises. Uno no sabe que pensar ni qué propósitos anima a este individuo.

El Èxtasis (Ecstasy) es una droga sintética que produce fiebre-alucinaciones-alteración del ritmo cardíaco-dificultad respiratoria-sudores intensos-tensión muscular-mandíbulas contraidas y temblores corporales. La persona recibe una sensación de felicidad -tal vez sea esa la ventaja que menciona el periodista- la persona se muestra abierta y positiva, aumenta su auto-estima y la confianza en sí mismo. Más tarde resulta confundida y se siente perseguida, se vuelven agresivas y aumentan la consumición de golosinas y chocolate en forma descontrolada. Se trata de un veneno que ocasiona daños en el cerebro y su sistema nervioso y esos daños pueden tomar hasta 7 años repararlos, una vez acabado el consumo, cosa que muy pocos hacen y por lo general buscan otras drogas. También experimentan el llamado FLASHBACK, es decir sienten la sensación de consumir la droga, sin haberlo hecho.

Una de las variantes más conocidas, es el llamado Superman y ya ha cobrado muchas vidas. Estas variantes contienen también PMA (para-metoxy-amfetamin). Nos llama la atención que quienes trabajan con la adicción, no hayan salido al cruce de este artículo en favor de la droga. Será que ya nada nos importa, será que nos hemos resignado a dejar a nuestros jóvenes y entre ellos a nuestros hijos, en manos de propagandistas y traficantes, legales o ilegales?

Amigo de La Vidriera, le voy a confesar que tengo la sensación de predicar en el desierto, de pecar de ingenuo o de gil, pero he trabajado casi 30 años cerca de las drogas, tengo un hijo especializado en la materia que convive diariamente con las víctimas, entonces me cuesta callar, no puedo sino intentar trasladarle a los uruguayos mi preocupación. Qué un sólo uruguayo, luego de haber leido esto se preocupe de averiguar más, ya sería la recompensa y me doy por satisfecho.