sábado, 29 de noviembre de 2014

Como nos dueles Uruguay......


por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.

Contrariamente a lo que mucha gente aún cree o quiere creer, para alimentar su odio hacia quienes emigraron, éstos están muchas veces más ligados al País, que quienes gritan "los de afuera son de palo" o "vienen a votar y después se van". Frustración e impotencia de quienes, curiosamente deberán seguir viviendo en el Paraiso que acaban de votar. En cualquier caso, la distancia funciona como un lazo que jamás podremos romper, sin olvidarnos a nosotros mismos. El hijo no deja de estar ligado a su madre, cuando se corta el cordón umbilical, simplemente comienza otra etapa de su vida. Lo mismo sucede con quienes por los motivos que fueren, viven lejos del País. Y dentro de esos miles y miles de uruguayos que andan desparramados por el mundo, se afianzan vínculos que van desde la añoranza, la exaltación patriótica y el dolor de ver un Uruguay que ya no es el mismo que dejaron. Esa imagen que conservamos, del mismo modo que aquellos rostros juveniles que dejamos, sólo existen en la memoria. Del mismo modo que decimos "este muchacho" y el muchacho tiene 70 años.
Aquél Uruguay no existe. Para algunos este presente es mejor, para otros causa dolor. Todo depende de lo que cada uno tenga en su lista de prioridades y entienda por "Progreso". Algunos llegaran de paseo y se alegrarán porque el hermano o los padres, lograron hacer la planchada de la casa, antes cubierta con techo de zinc. Otros verán que aquél piso de tierra, hoy tiene parquet. Otros verán su país subastado o a su gobierno, despidiendo a la representante del enemigo numero uno de la humanidad y sentirán asco. Un país en donde su gente ya no vota por algo, sino contra algo. Contra fulano, contra mengano, contra los radicales que en su violencia destructiva, piden que se cumpla el programa que dió origen al Frente Amplio. Un país en donde un Ministro del Interior,explica el asedio y castigo a los maestros, como el fenómeno de una Sociedad que se volvió violenta. Como si él no tuviera responsabilidad alguna, al integrar un gobierno que expulsa gente del campo,  y la condena a los llamados "asentamientos ilegales" antes denominados cantegriles. Allí donde crece el delito y el odio.En donde un presidente tiene la original idea,de apagar el fuego con nafta y a todos les parece bien. Como los jóvenes no tenían suficiente con la droga a su alcance, ahora les ofrece más. Un país que votará el Domingo y tendrá que apurarse a sus casas, no sea que alguien esté derribando la puerta para robarle. Un país que dentro de muy poco, pero muy poco, tendrá que encerrarse definitivamente tras sus rejas, sin poder salir a la calle.
Y este Domingo será testigo de todas estas expresiones. Será una consulta de trámite, pues ya conocemos al ganador si de presidenciables estamos hablando. También por desgracia, conocemos quien perderá como de costumbre, aunque la gran mayoría gritará: GANAMOS!!!.
La Vidriera que milita desde siempre en las filas perdedoras, recordará con tristeza y con dolor, como aquél Uruguay injusto pero con bronca, mantenía viva la llama de la esperanza. El Domingo seremos testigos, de como aquella esperanza ha sido sustituída por un presente de resignación, disfrazado de avances por obra de quienes hábilmente explotaron aquellos sentimientos de cambio en serio. Pero el país seguirá siendo injusto, aunque mucha gente en sus pequeños egoismos y en sus pequeñas necesidades satisfechas, aún no lo perciban. Y la esperanza quedará reducida nuevamente, a 400.000 voluntades que le darán su espalda a la farsa. 400.000 uruguayos que podrán seguir mirando a sus hijos de frente y sin verguenza. Sin necesidad de hacerles cuentos de batallas, que van creciendo en dramatismo en las fiestas familiares. Hay casi 800.000 que apoyaron a la Dictadura, que tendrán que hacer muy buenos versos, pues los jóvenes no son idiotas.
La Vidriera siempre estará en las filas "perdedoras", al decir de los que creen que las urnas reflejan la certeza del rumbo. Nos duele la realidad, pero somos militantes del futuro. Porque como decía Benedetti " que haya espesos nubarrones en
el fondo poco importa, esto se va a despejar a la larga o a la corta".