jueves, 15 de mayo de 2014

"Marché al quilo como en la feria"

por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.

Días atrás, EL MUERTO publicó una lista de personas que pasaron por el penal de Libertad. La lista no es completa ni mucho menos, dado que faltan las mujeres y quienes estuvieron presos antes de la dictadura. Pero la intención fue hacer un repaso, refrescarnos la memoria. Y desde ese punto de vista, la tarea fue cumplida. Más tarde, con el aporte de todos, las listas se irán completando. Un compañero que leyó su nombre, entre los tantos que pasaron a ser un número en las mazmorras del régimen, me llamó por teléfono pidiéndome una charla que según él, sería muy importante para aclarar algunas cosas que hoy por hoy sigue siendo un tema tabú, entre quienes tuvieron la desgracia de caer presos. Yo le respondí que LA VIDRIERA IRRESPETUOSA estaba a su dispocisión, siempre y cuando se respetaran las reglas de juego. Es decir no caer jamás en el agravio ni en acusaciones, donde el o los acusados no tuvieran oportunidad de defenderse y que además ningún favor le harían a sus puntos de vista. Hecha la advertencia, se llevó a cabo este diálogo en algún boliche de Suecia.
LA VIDRIERA: Porqué después de tantos años decidís hacerme algunas confesiones?
EL COMPAÑERO: Mirá loco, no aguanto más con esta carga y cada vez que el tema de los presos cobra notoriedad, siento como que me dan una patada en los huevos. Después de mucho tiempo aprendí, que caer preso o morir entra en los cálculos de cualquier revolucionario. Los que cayeron presos todavía pueden contarla y hasta escribir libros, los que murieron nó. Yo marché al kilo como en la feria, en una época en donde había que llenar las cárceles de gente, para mostrarle a los americanos que la lucha contra la subversión continuaba.
LA VIDRIERA: Pero las Fuerzas Conjuntas anunciaron en el 72 que la subversión había sido derrotada.....
EL COMPAÑERO: Sí, pero no te olvides que el presidente Carter insistía con los DDHH y como aquí no se respetaban, les cortó los víveres. De ahí la furia de estos tipos. Acordate cuando le respondieron en forma agresiva "los que quemaron la selva asiática con agente naranja, no nos van a dar lecciones de DDHH" Toda una falta de respeto hacia el amo. Estaban furiosos...
LA VIDRIERA: Recuerdo sí un hecho que irritó bastante al presidente Carter y se dió en la Confitería Americana en pleno Centro de Montevideo. Llega un hombre de color, afroamericano como se dice ahora para no ofender, y el mozo le deja sobre la mesa una tarjeta: LA CASA SE RESERVA EL DERECHO DE ADMISIÓN. Con la misma, el hombre se levantó de forma educada y se fue. El problema fue que este no era un morocho cualquiera, sino que era el representante de Carter para la región y su cometido era precisamente cómo se respetaban los derechos humanos en el Uruguay. Fue la gota que colmó el vaso y el gobierno de Carter los obligó a publicar en la prensa oral y escrita, una larga lista de violaciones a los derechos humanos cometidos por el Gobierno uruguayo.
EL COMPAÑERO: Yo no me enteré de estas cosas porque estaba preso.
LA VIDRIERA: Bueno, pero como es eso del kilo?
EL COMPAÑERO: Me comí un garrón como se dice ahora. Fijate que una noche cae al boliche un viejo Amigo y me Dice: " me puedo quedar a dormir en tu casa"? Nos criamos juntos, jugábamos en el mismo cuadro del barrio, hicimos la misma escuela, le podés decir que nó?
LA VIDRIERA: Y tú no sospechaste nada?
EL COMPAÑERO: Por supuesto que sí, el padre había sido un conocido dirigente obrero, o sea que por algún lado tenía que venir la cosa. Pero no le pregunté nada, pues cuanto menos sabés, menos tendrás para hablar. Cuando me levanto para ir a trabajar, me despido y me Dice: "Gracias loco, dentro de un rato me voy y veré que encuentro" A los 2 días tengo los milicos tirándome la puerta abajo con los golpes. Me llevaron y no pude negar lo que ya sabían y sólo atiné a explicarles la situación, lo mismo que acabo de explicarte a tí. Y a pesar que mi Amigo les dijo lo mismo, me dieron palo y me pasaron al Juez Militar: asistencia a la asociación para delinquir y asistencia a la subversión. Por eso te digo que marché al kilo.
LA VIDRIERA: O sea que tú ni siquiera eras de izquierda?
EL COMPAÑERO: Tampoco era de derecha, más bien que la política no me interesaba demasiado. Votaba por tradición a los blancos, pero nada más.
LA VIDRIERA: Y ahora......?
EL COMPAÑERO: Aprendí muchas cosas con compañeros, que sí sabían porqué estaban presos. Gente que había militado en sindicatos, estudiantes, luchadores sociales. Pero había otros que mejor ni hablar y hoy los ves vendiendo el verso que estuvieron presos y son considerados por gente que no entiende nada de nada, poco menos que héroes nacionales.
LA VIDRIERA: O sea que se trata de gente que también marchó al kilo?
EL COMPAÑERO: Exacto. En otros tiempos, un oficial de inteligencia les hubiera dicho: "Que estabas tú haciendo ahí?...bueno andate para tu casa y no te metas más en estas cosas que no sabes de que se trata". Pero como te digo, había que llenar la cárcel como fuera.
LA VIDRIERA: Y que hace esa gente hoy en día?
EL COMPAÑERO: Mirá, muchos de ellos son alcahuetes de este gobierno, tienen oficio y olfato para la joda y además como te vuelvo a repetir, juegan a su pasado por las cárceles y hacen relatos estremecedores entre inocentes que nada entienden. O sea que como tampoco tienen muchas luces, siempre estarán al servicio de quienes cortan el bacalao. O tal vez porque hoy día es buen negocio hacerse el gil. Yo estuve en Uruguay el año pasado y me invitó un compañero al casamiento de su hijo. Mirando alrededor en busca de algún rostro conocido, me veo a un personaje de estos, bien vestido como para la ocasión y hablando para un grupo de curiosos, con aire de suficiente que no admite pregunta alguna. Para no arruinarle la fiesta a mi Amigo, me hice a un lado y me fui al fondo de la casa a tomar un vino tranquilo,con otros veteranos. Y como estos personajes hay montones, hermano!
LA VIDRIERA: O sea que Mujica o Fernández Huidobro por mencionar algunos, pueden hacer cualquier cosa, pisotear la memoria de los Muertos, los desaparecidos, sus familiares, vender la soberanía y principios que costaron tanta sangre, sin que nadie les salga al paso, sin que nadie de estos antiguos presos diga nada? Es tan grave la complicidad de esta gente?
EL COMPAÑERO: Yo te conté mi historia, porque no quiero que me hagan héroe de nada. Pero te puedo asegurar que yo sé sí ahora quien es quien. Quien luchaba y sigue luchando con lo que tenga a mano y quien era un impostor,un versero.
LA VIDRIERA: Bueno, pero yo no quiero creer que los que sabían en qué estaban, hoy se presten con su silencio a tanta ignominia?
EL COMPAÑERO: Y dónde están entonces?
LA VIDRIERA: Mirá, en la marcha del 26/04 en homenaje al Bebe Sendic, había mucha gente......
EL COMPAÑERO: Por supuesto que sí, pero a esa gente ya la conocemos, ya sabemos quienes son y que son consecuentes con lo que pensaron ayer.Yo me refiero a los que no estaban..... y que son muchos. Esos ya tomaron partido, unos por el silencio saludable y otros porque están metidos en el negocio.
LA VIDRIERA: Que cada uno cargue con su conciencia...
EL COMPAÑERO: Fijate que Mujica dice que "el antimperialismo no vende pulpa" y nadie de sus antiguos compañero dice nada...! Vos sabés que significa eso?
LA VIDRIERA: Eso significa que la carne suplantó a los principios..
EL COMPAÑERO: Más grave aún, eso significa que para vender debemos aceptar torturas, traslados clandestinos de gente hacia Guantánamo, ocupación y saqueo de paises, desestabilización de gobiernos democráticos como Venezuela, intervención en Ucraina apoyando nazis, etc.
LA VIDRIERA: Loco, para haber marchado al kilo, te confieso que la cana te hizo bien, saliste hecho un hombre nuevo que ve cosas que antes ignoraba.
EL COMPAÑERO: Sí y otros salieron ocultando cosas que antes sabían... que ironía de la vida.
LA VIDRIERA: Te voy a hacer llegar por correo el reportaje y si le das el visto bueno, lo publico. Si por alguna causa querés hacer alguna corrección o agregar algo, también podés hacerlo. Y de este modo pusimos fin a la charla con el compañero, luego de algunos cafés y alguna salida para fumar un pucho.