sábado, 20 de diciembre de 2014

La palabra empeñada


por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad (aproveche que se agota)

Hubo un tiempo en el Uruguay, donde la palabra había alcanzado fuerza de documento. Sobran las anécdotas en tal sentido, sobretodo en el Interior del país, allí donde las escribanías tardaron en llegar. Una de esas historias, da cuenta de un negocio llevado a cabo entre un ganadero y Aparicio Saravia. El hombre le había vendido algunas cabezas al Gral., justo en el momento que estalla la guerra. "Ud. no tiene papeles firmados" le preguntó un amigo preocupado, a lo que el ganadero respondió: "con Aparicio Saravia los papeles están demás, alcanza con su palabra".

A Mujica o a Fernández Huidobro los podremos acusar de cualquier cosa, menos de faltar a la palabra. Claro que esa "palabra de honor" bien pudo haber sido empeñada en mejores causas, pero lo cierto es que estos 2 hombres, le hacen saber a quien quiera, que "sabremos cumplir, sabremos cumplir" y que en esa tarea, no ahorrarán en cuestiones éticas ni formalidades innecesarias. Por encima de principios, memorias y cadáveres, si fuere menester. Poniendo de manifiesto que la división de poderes, la independencia de los mismos, es sólo adelanto manuscrito a la hora de alcanzar sus propósitos.

"No quiero viejitos presos" viene repitiendo desde que asumió como Presidente y secundado en la tarea de impedir más procesamientos, por su amigo Ministro con quien comparte aquella responsabilidad, de la "palabra de honor" que no necesitó documento alguno, por las dudas que algún ingrato o insatisfecho, lo decidiera hacer público.

Días atrás el Sr. Fernández Huidobro, irritó a alguna gente con algunas declaraciones a la prensa, poniendo en tela de juicio los propósitos de quienes reclaman VERDAD Y JUSTICIA para los delitos de lesa humanidad, vigentes en todo el mundo menos en Uruguay. "Quieren que los torturemos, quieren perseguir a sus familias?" dijo sin escrúpulos insinuando un espíritu de revancha que jamás mostraron ni anidan, en el ánimo de los familiares, muchos de los cuales hasta los llegaron a votar,me consta. Y todo ello para defender la "buena conducta" de un violador y homicida, responsable de por lo menos, 20 muertes. Ahora fue más lejos aún y en su nuevo rol de provocador,  riéndose de la gente y tal vez sin saberlo de sí mismo, la emprende contra el SERPAJ quien estaría financiado "por las peores fundaciones imperiales" y mofándose de quienes se la jugaron en todos los ámbitos habidos y por haber cuando él estuvo preso, les dice "si me autorizan a torturar, les puedo arrimar información". Este no es el idioma de alguien seguro de sus actos, ni respaldado por un mandato de conciencia, que muchas veces no tiene porqué coincidir con el sentir de las mayorías. NÓ!! este es el lenguaje de la revancha contra aquellos que lo saben JUDAS y el sabe que son muchos. No es síntoma de fortaleza en los principios, sino de debilidad claudicante y vergonzosa.

Ahora el Presidente en medio de este clima festivo que se originó con las conversaciones entre EEUU-CUBA, y que en alguna medida se atribuye como mérito propio, envían al Sr. Homero Guerrero al frente del asalto final por la liberación de los viejitos. Y lo hacen pasando por encima de los poderes, en este caso el Poder Judicial. Porque en estos casos - aunque más no sea por aquello de las buenas costumbres- es imperativo dirigirse al Poder Judicial, en la persona de la SCJ y no a un Juez en particular. La respuesta de la Corte no se hizo esperar, dado que de aceptar estas nuevas formas de comunicación, se estarían cavando su propia fosa y su misma existencia adquiriría carácter decorativo. Pero en esta nueva práctica en materia de "solicitudes", se esconde algo mucho más grave aún: Dejar al Juez que entiende en la causa, entre la espada y la pared, valga la expresión. Hacerle saber que su tozudez, le puede costar la vida a un viejito tras las rejas, dejarlo solo y aislado del cuerpo judicial para que quede bien identificado. Póngase Ud. Amigo de la Vidriera, hombre común de la calle, en el lugar de este hombre. Yo no quisiera estar en su pellejo. Lo respaldará la Suprema Corte de Justicia o lo dejará solo con su expediente y en tal caso que resolverá este Juez, presionado en su función de tal?

Estos métodos nos trasladan a otros escenarios y a otros tiempos que creimos superados. A una época en donde funcionaba una Democracia "más o menos", o en el peor de los casos, donde desde las sombras los Padrinos de Chicago, sabían como alcanzar sus fines. Lo único rescatable de todo esto, es que en este país aún quedan hombres de palabra, aunque esas palabras impliquen la capitulación moral de quienes las cumplen.