viernes, 21 de abril de 2017

Llamado a reflexión




por Hugo Bruschi.

Los últimos acontecimientos relacionados con la aparición de un libro de la periodista Urruzola, nos muestran a un sector -por lo menos en las redes sociales - sediento de justicia y otro a la defensiva y muy crítico con la denuncia. Para mucha otra gente, las revelaciones del libro son historia conocida. Y ya que el libro ha sido remitido a la Fiscalía para su estudio, seguramente toda esa gente mencionada será citada a declarar. Pero esa es otra historia, que a los verdaderos hombres y mujeres de este país que ya han tomado distancia de tanta corrupción y de tanta impostura, NO LES INTERESA.

No serán los juicios de dudosa justicia la que cierre las heridas, si es que habrá juicio alguno. Las heridas que nos han dejado 2 personajes que usaron a sus compañeros Muertos y Desaparecidos para catapultarse a las sillas de sus sueños, uno jugando a Napoleón y el otro al Estadista, no las cerrarán juicio alguno. La historia ya los juzgó.

Que el odio legítimo que muchos albergan al sentirse traicionados por quienes pudieron hacer posible la anulación de la ley maldita y no lo hicieron; que el odio legítimo que profesan hacia estos sujetos quienes fueron humillados por buscar a sus padres, hijos o nietos; que el asco experimentado al ver como uno de estos individuos visitó a alguien que estaba siendo investigado por un crimen; que todos estos odios por más legítimos que son, no se instalen en nuestros espíritus porque nos hace daño. Estos individuos no valen tanto sacrificio. QUE SE RODEEN DE SUS IGUALES, QUE SE REVUELQUEN EN EL MISMO LODO. NOSOTROS LLEVAMOS OTROS VALORES EN NUESTROS CORAZONES.