martes, 26 de agosto de 2014

Vote que dios perdona....


por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.

Inspirados seguramente por sus mejores sentimientos, los políticos se han lanzado a la caza del voto que nos hará felices. Todos tienen en sus programas de gobierno, la fórmula que nos sacará del estancamiento, la pobreza y nos trasladará a la Sociedad que todos alguna vez soñamos. Pero para ello hay que votar y el que se niegue a ser feliz, no podrá con su negligencia ciudadana y su irresponsabilidad democrática, poner en riesgo la felicidad de todos. Y será castigado como corresponde. Acá no permitiremos otro Chile, pareciera ser el mensaje.

Y que nadie argumente no sentirse representado, porque ello es falso. El sistema les ofrece todas las alternativas posibles. "Derechas e izquierdas", Centros, Centros derecha, Centros izquierda y Centros al área buscando la cabeza goleadora. Así que por ese lado podemos estar tranquilos , nuestras inquietudes ya han sido contempladas. Sólo se trata de elegir al candidato, cerrar el sobre, ponerlo a buen resguardo en la cajita y volver al hogar. Luego sólo nos cabe esperar los beneficios que irán llegando, tal cual nos prometieron.

Al tiempo que escribía estas reflexiones, golpea a la puerta de casa una señora con sus pequeños hijos a cuesta. "No tiene una ayudita?". Mi mujer preparó unos refuerzos y se los alcancé y como la situación no encajaba en el discurso electoral, decidí preguntarle si nunca había votado. Me dijo que sí, pero que aún no le habían llegado los beneficios, es decir un trabajo para ella y su esposo, un techo donde cobijarse, ropa y calzado para sus hijos, etc.

Volví a tomar el lápiz y me quedé pensando a quien habría votado, acaso lo hizo en forma equivocada? Pero tampoco podría ser, dado que todos prometen el oro y el moro. Es decir la felicidad completa. Como se entienden entonces estas cosas? Decidí tomar unos mates, para poner en orden las ideas a esta altura ya bastante dispersas, cuando me dice la patrona que no hay yerba, ni siquiera la "de ayer secándose al sol". Bueno le dije, vas calentando el agua que yo voy hasta el súper y compro. Cuando llego me encuentro que están de paro. Que pasó le pregunto a la cajera que me conoce del barrio? Mirá y saca un papel con la liquidación mensual, te parece que puedo vivir con 8.000 mil pesos? Me quedé sin palabras y sin mate. Regresé a mi casa pensando que lo único que me falta, sería algún pelotudo golpeando la puerta para alcanzarme una lista con "el voto que el alma pronuncia y que heroicos sabremos cumplir". Pero esta vez no tienen suerte..... a mí de gil no me agarran más....