viernes, 9 de abril de 2021

Como en Maracaná

 

 

por Hugo Bruschi


Sabido es, que las guerras así como las catástrofes de cualquier índole que puedan afectar a una Sociedad, sacan afuera lo mejor y peor del ser humano. Basta entrar a las redes sociales o escuchar ciertos mensajes y discursos, para comprobarlo.

Hoy el mundo es escenario de una PANDEMIA que viene cobrando miles y miles de vidas. En lo particular Uruguay, también está pagando un precio muy alto en vidas humanas y a pesar de la tragedia y la amenaza de agravarse, mucha gente hace oido sordo a las recomendaciones y no toma conciencia del fenómeno, gente que entiende que las medidas recomendadas por los técnicos, por los que saben pues para ello estudiaron, como un recorte a las libertades y la privación de nuestros derechos. Nadie percibe que estamos en un estado de excepción, en una guerra contra un virus y que por tanto, lo que hasta ayer era un derecho hoy no lo es, lo que hasta ayer era normal y nadie lo cuestionaba, hoy no puede ser sin riesgo de poner en peligro la salud colectiva.

TENDREMOS QUE ACEPTAR LA REALIDAD Y SACRIFICARNOS, SI QUEREMOS VOLVER A LA NORMALIDAD, SI QUEREMOS VOLVER A VIVIR COMO DE COSTUMBRE. Y en esta tarea patriótica, se necesita el concurso de todos, de todos los que de algún modo tienen poder de convocatoria, llámense partidos, organizaciones sociales, clubs deportivos, etc. para llegar hasta el último de los ciudadanos explicando la situación. Y se necesita hablar claro sin dobles intenciones, sin dobles discursos. Esta guerra la ganamos entre todos, si es que predomina el sentido común aplicado al bien general, sin egoismos ni ambiciones, en donde la oposición entienda que existe un gobierno electo por la gente y hay que respetarlo sin poner obstáculos, sin creer que cuanto peor mejor. Ya tendrán tiempo oficialistas y opositores de volver a las disputas por bancas y privelegios, ya tendrán tiempo de volver a cagarse en la gente y el País, ahora está en juego la vida de los uruguayos porque el virus no sabe a quien votaron, el virus no sabe de izquierdas o derechas inventadas para recabar votos, el virus será derrotado con un pueblo bien reunido en la distancia y en las precauciones recomendadas, un pueblo que madure y no necesite a nadie que lo cuide ni lo ponga en penitencia, como si fuera menor de edad. ES HORA DE PONERSE LA CELESTE. ...