sábado, 21 de junio de 2014

Celesteando




por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.

" me podés explicar porqué no jugó fulano o porqué no sacó a mengano?" son seguramente la grandes interrogantes que se hacen los hinchas celestes, en su afán de ganar el partido más allá de los minutos reglamentarios, con alargue incluido.Y seguramente el peso de esta tragedia nacional, recaerá sobre el maestro Tabárez. Los comentaristas deportivos también harán su aporte, menos críticos claro está porque ellos forman parte de este gran negocio, montado alrededor de la pasión ciudadana. La crítica será suave con los jugadores, el calor, el cansancio, el juez... en fin estos inconvenientes que sólo nos afectan a nosotros.
Luego los programas deportivos en vivo y en directo, nos mostrarán el circo montado en donde no faltarán polémicas encendidas, que luego se trasladarán a la mesa del boliche. Para un turista desprevenido, que nada sabe de fútbol, resultaría casi inexplicable que un país que ganó su último mundial en 1950, dedique tantas horas de programas al tema.Pero esto es así y ya nada ni nadie podrá cambiarlo.Es industria nacional.

Basta observar los titulares de la prensa, para entender cuales son las inquietudes ciudadanas y cómo a partir de estos estados de ánimo, se pueden construir fantasías, elaborar pronósticos favorables y trasmitir la idea que somos temidos. Y por si todo ello fuera insuficiente, contamos además con un fantasma que recorre las calles y playas de Río, sembrando el pánico. Y a partir de entonces ya nadie recordará cómo nos clasificamos, a qué rivales de envergadura derrotamos que puedan justificar todas estas espectativas triunfales.

Pero el problema más grave reside, en como gente que estimula estos estados de ánimo colectivos, van incorporando esta mentalidad de Amsterdam y Colombes, a otros ámbitos de la vida nacional, entre ellos la política. No en vano, los políticos se acercan y van acercando a sus filas a estos protagonistas,que contribuirán a sus propósitos electorales. Desde presidentes, ministros y ediles, todos se sacan la foto junto a sus ídolos que irán por Tierras lejanas, a defender la Patria en cada jugada. Presidente y primera dama que alientan a seguir a la celeste, haciendo abstracción de los gastos superfluos e innecesarios, que esas hinchadas a tarjetazo limpio y en cómodas cuotas, harán para acompañar a la celeste. Atención los maestros con este consumo innecesario. Y pobre de todos aquellos, que se atrevan a poner en duda alguna jugada de dudosa honestidad deportiva, serán crucificados como anti-nacionales, como traidores al país y hasta serán amenazados. Con mucha tristeza, pude comprobar anoche después del partido contra Costa Rica, algunos ejemplos en las redes sociales. Han sembrado el miedo en mucha gente, que ya no se atreve a opinar a riesgo de ser insultados. Y esta mentalidad de hinchadas enceguecidas y patoteras la vemos también en otros ámbitos donde SÍ se juega la noción de Patria, donde SÍ habría que poner el alma en cada jugada, para no entregarle el rico patrimonio de nuestro suelo, a empresas depredadoras que vienen a saquearnos, con la complicidad de esos mismos que se sacan la foto con la celeste. Lamentablemente gran parte de esas hinchadas, están al servicio de todo lo contrario, esas hinchadas fueron convencidas que quienes denuncian actos de entrega de la soberanía son sus enemigos y representan al cuadro contrario. Y esas hinchadas que jamás debieron salir de sus ámbitos naturales, han sido incorporadas a la vida política del país y lo que es más grave aún: DECIDIRAN LA SUERTE DE TODO UN PUEBLO, EN EL CLÁSICO DE LAS URNAS. Y nosotros de puro porfiados que somos, seguiremos opinando hasta que aclare...