sábado, 10 de noviembre de 2018

Memorias de viaje

por Hugo Bruschi

Llegó por fin el día más esperado por la clase trabajadora del mundo: la licencia anual.  Para gozar de esta conquista, La Vidriera bajó la cortina metálica y con las valijas ya prontas, tomó rumbo al Sur, para ser más precisos al Uruguay. Demás está decir, que habernos reencontrado con viejos amigos y compañeros de infortunios, siempre nos deja una sensación de bienestar, sólo saber que estás entre iguales y entre gente que no vendió su conciencia al bajo precio de 30.000 pesos, ya es toda una garantía de tranquilidad. Y con algunos de esos amigos y con la ausencia de otros tantos que por diversas razones no pudieron estar presentes, hicimos un asado en la casa que generosamente nos ofreció Miguel. Pasamos un rato sencillamente lindo, compartiendo opiniones y delirando sobre como pudieron haber sido las cosas y lamentablemente no fueron, pero con la conciencia tranquila de no habernos prestado a la traición tan de moda, entre los que ayer se comían los niños crudos y te hablaban de revoluciones y hoy le abren las puertas a una invasión - ese es el término justo y no otro- disfrazándolas de gestos amistosos, lo que es peor aún. Ya sucedió anteriormente cuando el actual y entonces presidente recibió a Bush en la estancia oficial. También en esa oportunidad el país fue ocupado por tropas extranjeras sin que nadie -salvo honrosas excepciones- dijera esta boca es mía y la uso para denunciar. Yo me encontré a un viejo revolucionario -así se presentaba a sí mismo por entonces - y me dijo: "lamentablemente es lo que tenemos"...… yo le agregué ….sí, lo que tenemos que cambiar si queremos seguir mirando a nuestros nietos con dignidad y mirándolos a los ojos. Por supuesto que se cagó de la risa, ya fue sobornado con algunos mangos mensuales…...y el que venga atrás que haga la revolución. De todas estas cosas conversamos con Pablo, con Eduardo más conocido por el Muerto. Nos faltaron Jorge y Rúben, pero para otra vez será.

Durante los pocos días que duró mi estadía en RODELU, hubo un hecho que no me llamó la atención, aunque debo reconocer que fue bastante más allá de mis fantasías: Llego a un cambio a cambiar un billete de 500 Euros y me dicen que por orden del Banco Central no se pueden aceptar estos billetes. Pregunto en que está basada está decision y no me saben responder. Afuera, una pareja de turistas españoles estaba deseperada pues tenían sus dineros en dichos papeles. Bueno, me vuelvo a casa y como tenía que comprar pasaje de vuelta me dirijo a la agencia de viajes y les planteo que tengo sólo esos billletes, a lo que el Gerente me responde que puedo pagar sin problemas y que ellos no tienen conocimiento que el billete haya salido de circulación. Me voy a casa tranquilo sabiendo que mi regreso estaba asegurado y más tarde decido cambiar algunos billetes de 100 porque necesitaba dinero uruguayo. Llego al cambio, compro la moneda nacional sin problemas y antes de retirarme la pregunto al cajero porque no se aceptan los billetes de 500 en los cambios de plaza. El hombre me responde que se trata de un billete "incómodo". Le digo me explique en que consiste la incomodidad y me dice lo siguiente: "si yo le compro a Ud. un billete de 500 no tengo a quien vendérselo después, dado que todo el mundo quiere billetes de 50 o de 100. Bueno por fin tengo una explicación aunque se trata de una gran irresponsabilidad de las autoridades de gobierno que tanto quieren alentar el turismo. Cómo le pueden explicar esto a turistas europeos que no le aceptar el dinero, qué hace esa gente? Pero antes de retirarme el cajero me dice, "mire, hay un cambio en 18 y Río Negro que le cambia pero le cobran el 8% !! o sea que pagando esta suma el famoso billete incómodo pasa a ser cómodo. Le dije: " Ud. ha confirmado mis sospechas" y Ud. que sospechaba me preguntó….. Yo sospechaba que detrás de esto como en casi todas las cosas de este país, hay una joda y no me equivoqué.  Muchas gracias le dije y me fuí.