martes, 17 de marzo de 2015

Para muestra alcanza un botón

por Hugo Bruschi en el Año contra la Impunidad.

El gobierno uruguayo, no estaba seguro de la injerencia norteamericana en los asuntos de Venezuela y así se lo hizo saber por boca de su Vice-Presidente. Como era de esperar, esto provocó la irritación del Presidente Nicolás Maduro, al ver como estas declaraciones ponían en duda sus denuncias, en el preciso momento en que su país, es objeto de agresiones planificadas en el exterior. Y para ello, mencionó gobernantes que ceden a las presiones imperialistas, "cobardes" como se lo había anunciado Hugo Chavez.

El gobierno uruguayo se sintió "tocado" a pesar que Maduro no dió nombres. Sólo faltó que le enviaran "los Padrinos", para lavar la ofensa en el campo del honor. Si tocan a Raulito, nos tocan a todos pareciera ser la respuesta y tal vez con mucha razón. Raulito sólo fue el portavoz de lo que Tabaré Vázquez no podía decir. Y en tal sentido llamaron al Embajador de Venezuela, para expresarle el "malestar" del gobierno uruguayo. Y en ese clima tenso, era imposible llevar a cabo la reunión
de cancilleres prevista en Montevideo. Debieron suspenderla por falta de quorum y la misma se realizó en Quito, un lugar más tranquilo y aparentemente más soberano, más comprometido con la libre determinación de los Pueblos, sin injerencias externas.

Y en esa reunión presidida por Uruguay, se emitió una declaración que confirmaba lo expresado por el Presidente Maduro y su gobierno: la intervención de los EEUU en las cosas venezolanas. Y es precisamente aquí, donde deberemos detenernos para analizar estos hechos. Hicieron los paises allí reunidos, una lectura distinta de las denuncias del Presidente Maduro? Cambió de opinión Uruguay al llegar a Quito? Cómo se puede en cuestión de horas, cambiar de parecer en cuestiones tan delicadas como la soberanía de un país? A qué estamos jugando o mejor dicho que jugada salió mal?

En primer lugar es evidente a todas luces, que intentaron crear un clima confuso que beneficiara la acción del agresor. Le hicieron saber a los EEUU que aún tiene Amigos en el Cono Sur y que los compromisos contraidos serán respetados hasta en sus últimas letras. Pero al mismo tiempo, no podían aislarse totalmente máximo cuando ejercen temporalmente la presidencia de UNASUR. De ahí que tuvieron que concurrir con la cola entre las patas y sumarse a lo que el resto decidiera. Que por supuesto no sería otra cosa, que el apoyo irrestricto a Venezuela. Seguramente también tuvo mucho que ver en este cambio de actitud, el apoyo mundial que Venezuela viene recibiendo. Desde gobiernos, personalidades de todas partes del mundo, incluso desde los mismos EEUU, manifestaciones populares, etc.

Desde el principio, la actitud uruguaya fue provocar un desencuentro con el gobierno venezolano, de eso no caben dudas. Las pruebas de injerencia que le reclamaban a Venezuela, se las dió el propio Obama cuando dice que ese país constituye una "amenaza" incluso para los norteamericanos. Pero en lugar de exigirle pruebas a ese Sr. y su gobierno, en lugar de exigirle por lo menos una explicación por el término "amenaza", le piden cuentas a Venezuela. Toda una innovación en materia de derecho internacional. Le piden explicaciones al agredido. Uno a veces se pregunta, quien traza los lineamientos de la política exterior uruguaya y no encuentra respuestas. Cosas peores veremos, sólo es cuestión de tiempo. Pero si de algo estamos muy seguros, es que Venezuela ya sabe que a esta gente no conviene dar la espalda.