martes, 3 de julio de 2018

Pasiones subalternas




por Hugo Bruschi.

Hay muchas formas de hacer el ridículo a los ojos de quienes nos observan y lo más triste es que no nos damos cuenta. Tomemos por ejemplo el TOUR DE FRANCE, LA VUELTA A ESPAÑA, EL GIRO DE ITALIA. A LOS PARTIDOS DE LAS LIGAS EUROPEAS CON CHAMPIONS INCLUIDA. Allí podrá ver Ud. a la vera del camino o en las gradas, banderas uruguayas marcando presencia. Corre algún ciclista uruguayo, juega algún uruguayo? NÓ! Salvo en algunos partidos donde sí se justificaría el aliento. Entonces la gente que nos observa se pregunta: y esto a qué viene? De dónde sale esa necesidad de gritar soy uruguayo, a quien le puede importar si lo es o si es Italiano o croata? Yo he llegado a la conclusión que padecemos un complejo de inferioridad o al miedo de pasar desapercibidos.

Queremos votar, queremos votar se leía en un cartel acompañado de la bandera. Se puede acercar un español, un alemán o un sueco y preguntar: cuantos años hace que Ud. vive aquí? 20, 30 o 40 puede ser la respuesta, a lo que el extranjero les dirá que ya son ciudadanos, que ya tienen residencia y que pueden votar como cualquiera nacido en el país. Nó, nosotros queremos votar en el Uruguay. El extranjero se preguntará, cómo quienes viven aquí quieren decidir el gobierno de los que viven allá. Cierta gente cree que votando será más uruguayo. Pero a qué obedecen estas conductas, acaso a una necesidad de pertenencia al país en el que no podemos vivir por la causa que fuere? Creemos que la forma de preservar nuestras raíces es llevando la bandera, votando o cantando la retirada de Asaltantes del año 32?

Todo esto y mucho más, para no hablar de esta explosión de nacionalismo mal entendido que despertó el Mundial y que inteligentemente fue aprovechado y estimulado desde el mismo gobierno. Nacionalismos que ven a los argentinos como enemigos, pero no a UPM, nó a las empresas que siguen comprando territorio uruguayo. Y nos hablan de "héroes", de guerreros que están defendiendo la celeste como si se tratara de la soberanía nacional. Leandro Gómez y sus valientes soldados, quedarán para la risa. Nuestro nacionalismo gira en torno a una pelota de fútbol, sin percibir que el país se va a la mierda en una orgía de violencia y de droga. "Lo que pasa es que a vos no te gusta el fútbol", me comentó una foca ignorante. Claro que me gusta, son hincha de Nacional de toda la vida y además del Barca por otros motivos que van más allá del fútbol. Pero yo no veo a los hinchas de Peñarol como mis enemigos, mis enemigos son los que expulsan del país a mis hijos y a los hijos del hincha de Peñarol, mis enemigos son los que alientan el consumo de droga para tener a la gente adormecida y en estado aletargado, mis enemigos son los que hicieron del fútbol un negocio mientras algunos descerebrados se matan a palos en la Colombes o en la Amsterdam.

Pero esto no lo cambiaremos nosotros y el panorama es desolador. Ahora toca elegir entre corruptos y seguir 5 años más y esperar el próximo Mundial...…..