martes, 27 de septiembre de 2016

Los impostólogos



por Hugo Bruschi en el Año de la Resistencia.

En un país, donde los negros fueron y siguen siendo ciudadanos de segunda y por tanto su vida no vale tanto, la gente votó por uno de ellos y lo llevó a la presidencia. Resultado? El mismo de siempre. Invasiones, saqueos y negros muertos en las calles. En otro país un hombre llegó a la presidencia por el mérito de haber estado preso. El mismo pueblo que no lo acompañó en aquellos tiempos, ahora lo recompensó en la Democracia. Hizo muy bien los versos hablando el idioma del "rrioba" y terminó al servicio de sus carceleros, los dueños del país. Otro que no estuvo preso, usó el nombre y apellido de su padre, para llegar a la Vice-Presidencia y desde allí hacer todo lo contrario a lo que su padre dedicó su vida y le costó su libertad. Ahora se adjudica un título que no tiene y no parece ser el único ni el último.

En definitiva, tendrá alguna importancia desde el punto de vista de su popularidad, si es licenciado o no lo es? La Vidriera cree que nó, no llegó por su título sino por su apellido. Habría que decirle parafraseando al Mago: "che Raulito, como reo yo te pido que dejes el apellido de aquél noble luchador". Lo único que se demuestra en este y otros casos similares, es la pérdida de valores morales, la carencia de escrúpulos. Ya no se repara en cuidar reglas de la ética o aquello de las buenas costumbres. Todo es válido, todo estará permitido en el afán de aparentar lo que no son. A veces uno llega a sospechar que esta gente padece un complejo de inferioridad, que los lleva a vestirse con plumas de otras aves, que los lleva a buscarse algún atributo que los haga más presentables, más digeribles, más atractivos. De seguir así la cosa, no estará lejos el día que a alguien se le ocurra vender títulos por internet con entrega a domicilio.